Hace
justo un mes, concretamente el día 27 de Julio pasado nos preguntaban desde Protección
Civil, si sabíamos qué clase de insecto era este, pues los bañistas de la playa
de Regla, cuando salían del agua, los traían pegados a la piel. Nunca los habíiamos
visto, y nos pusimos a investigar.
Rápidamente,
nos pusimos al habla con un amigo, (D. Alberto Arias), experto en temas
marinos, pero tampoco tenía idea concreta de que se trataba. Él nos puso en
contacto con un profesor de la Universidad de Sevilla, (Dr. José Manuel Guerra
García), experto en estos temas, el cual rápidamente nos indicó a que familia
podía pertenecer, pues con total certeza no podía decirnos su especie exacta,
para ello necesitaría una foto con mayor detalle, cosa que hasta ahora no hemos
podido conseguir, además tendríamos que conseguir algún ejemplar para poder
hacerle las pruebas de ADN, y de ese modo concretar la especie. Decir que no se
tiene que tener ningún temor por la aparición de este insecto, mas bien todo lo
contrario, pues según hemos podido saber, la presencia de este bichito en las
aguas de las playas, es uno de los ”BIOINDICADORES” mejores para determinar la
calidad de las aguas. Lo que pensamos que está ocurriendo desde que se puso en
funcionamiento, la depuradora municipal, y dejamos de verter las aguas sin
depurar en nuestras costas.
Concretamente,
pertenece a la familia de los caprélidos, son unos pequeños crustáceos marinos
que viven en todos los ambientes y profundidades. A pesar de ser mucho menos conocidos
que otros crustáceos, como las gambas, los centollos o las langostas,
desempeñan un papel fundamental en los ecosistemas, ya que sirven de alimento a
muchas especies de peces e invertebrados. También son unos excelentes
bioindicadores de la calidad de las aguas y su elevado contenido en ácidos
grasos omega-3 y proteínas los convierte en un recurso interesante para la
acuicultura. Estudios morfológicos y moleculares han revelado la presencia de
unas cuarenta especies de caprélidos en nuestras costas, dos de ellas exóticas.
Los
caprélidos son crustáceos de pequeño tamaño, desde un par de milímetros hasta
los dos o tres centímetros de longitud, que desempeñan un papel importante en
las redes tróficas de los ecosistemas marinos. Constituyen una parte fundamental
en la dieta de muchos peces y, de hecho, son con frecuencia su alimento básico.
Recientemente se ha descubierto que también son el alimento exclusivo de
algunos cefalópodos en sus primeros estadios vitales, caso de las sepias . Sin
embargo, a pesar de su relevancia en los ecosistemas marinos, los caprélidos
han sido unos organismos poco estudiados. Desde los trabajos monográficos de
Paul Mayer a finales del siglo XIX y comienzos del XX , donde se sentaron las
bases de su clasificación taxonómica a partir de abundante material recolectado
durante la Siboga Expedition, habían recibido escasa atención por parte de la
comunidad científica. Pero durante las dos últimas décadas se ha intensificado
el estudio de estos curiosos invertebrados en nuestras costas.
De
las más de 400 especies de caprélidos descritas en aguas de todo el mundo, 40
se distribuyen por nuestro litoral y viven tanto en ambientes naturales como
artificiales. Basta con dar un paseo por cualquier puerto deportivo y observar
la zona sumergida de los pantalanes flotantes para trasladarnos a otro mundo:
allí los caprélidos pueden llegar a ser los organismos dominantes. Algunas
especies, como Caprella grandimana o Caprella hirsuta, sólo se distribuyen por
las costas mediterráneas de la península Ibérica, mientras que otras, como
Caprella penantis, dominan las costas atlánticas y el estrecho de Gibraltar.
Infomación y fuente: http://www.revistaquercus.es/noticia/5871/Articulos-de-fondo/Los-crustaceos-caprelidos-de-las-costas-ibericas.html